miércoles, 24 de marzo de 2010

¡EN EL NOMBRE DE DIOS!!!



- Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles “mi paz os dejo, mi paz os doy” no mires nuestros pecados sino la fe de tu iglesia y conforme a tu palabra concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
- Amén.
- La paz del Señor este siempre con vosotros.
- Y con tu espíritu
- Daos fraternalmente la paz.

Y después del abrazo de la paz, ¿qué?. ¿Han escuchado alguna vez a personas decir: Yo soy como Dios, perdono pero no olvido?. Esto se llama Antropomorfizar a Dios, que dicho más simple, no es otra cosa que ponerle a Dios cualidades, pensamientos o sentimientos humanos….
¡esto no tiene perdón de Dios!, no hermanito, no tiene tu perdón y ese sentimiento se lo has trasladado a Dios, entonces para ti… ¡esto no tiene perdón de Dios!, “Dios y yo somos uña y carne”, no hermanita, no conviertas a Dios en tu compinche.

“Dios me comprende, sabe que soy humano”, sí hermanito, sí hermanita, Él sí te comprende pero no te justifica, porque sabe que después tú vas a se cometer todas las barbaridades del mundo “en el nombre de Dios”.

Las Cruzadas, fueron una serie de campañas bélicas que a partir del siglo XI la Iglesia Católica emprendió contra los musulmanes para recuperar Tierra Santa. La primera Cruzada fue motivada y predicada por un Papa, Urbano II… ¿por qué?, porque Su Santidad con su séquito vieron las Cruzadas como un instrumento de ensamblaje espiritual que superase las tensiones entre Roma y Constantinopla, además elevaría su prestigio en la lucha contra los emperadores germanos y afianzaría su poder sobre los poderes laicos. ¡pero no podían decir que lo hacían por hambre de poder! Así que el regalito lo envolvieron bonito para que se vea más bonito: “intentar alcanzar la Jerusalén celestial por vía de la Jerusalén terrestre”…. Algo así, como quien diría sin querer queriendo: ¡en el nombre de Dios!. Lo demás es sabido por los demás, ocho veces hicieron lo mismo en el nombre de Dios.

Así como hoy en día todo el mundo quiere comprar bajo las tres “B” de bueno, bonito y barato. Una de estas cruzadas le tocó la puerta a África con el slogan de las tres “C”: “cristianizar, civilizar y comercializar” dejando al continente africano desangrado por una esclavitud vergonzosa.

En nombre de Dios, Bosnia, Croacia, Eslovenia, Serbia se han matado y sabe Dios si en su nombre se seguirán matando. Yo pregunto: ¿Se puede matar en nombre de Cristo si se es cristiano o en el de Alá si se es musulmán?.

¿recuerdan cuando se tumbaron las Torres gemelas y Bush mencionó que Dios le había dicho que vaya a la guerra?, ¿qué hizo?... ¡le reventó la existencia a millones de personas inocentes!, sí y tuvo la desfachatez de decir que sus bombas eran “inteligentes”, que vergüenza para él porque hasta una bomba “inteligente” no hubiese apostado por la guerra y él sí lo hizo.. ¡para decir estas cosas hay que ser bien bruto!... y encima, “tras de cuernos, palos” cuando le decían que estaban muriendo una infinidad de niños respondía que eran daños “colaterales”. Al margen de su brutalidad, su móvil fue Dios.



Esto que alguien me lo explique por favor, porque yo lo escribo y hasta ahora no lo entiendo.
¿cómo puede ser posible que después de DOS MIL AÑOS que Jesucristo se ha pasado diciendo -primero en persona de carne y hueso, de cuerpo y alma - y luego a través de diferentes maneras que vivamos en paz, sigamos matándonos y para colmo diciendo que somos cristianos?.

Lo que ahora sí entiendo es lo Jesús dijo un día: …”ustedes son una raza de víboras” (Mateo 3,7) ; …”son sepulcros blanqueados” (Mateo 23,27)

Lo mismo que sucede en las guerras, pero lo mismísimo, se da entre las personas. ¿Tú estás de acuerdo en que un país cruce la frontera del país vecino y se meta?, ¿estás de acuerdo con eso?...¿no?, ¿entonces por que tú si te metes con otras personas?, ¿por qué cruzas su frontera y te metes en su vida?. ¿Estas de acuerdo con las bombas que un país le lanza a otro y mata inclusive a gente inocente?...¿no?, ¿entonces por qué tú si le metes bombas a otras personas cuando hablas mal de ellos e inclusive dañas a sus familiares?. ¿estás de acuerdo que un país destruya hospitales, clínicas, centrales eléctricas, queme ciudades?...¿no?...¿entonces por qué tú si te das el lujo cuando hablas mal de alguien de destruirle, quemarle su reputación?...¿por qué?.
Y aquí no se salva nadie porque así como se da con la gente de alcurnia también se da con los que viven en el callejón de un solo caño, frente al portón de tamales. Peor aún, se da entre los religioso, obispos, dentro del vaticano, por todos lados se da, por todos lados nos estamos matando.



¿Sabes en qué se diferencia y en qué se parecen los conflictos entre países y la gente?. Se diferencia en que son numerosos, plurales y el de la gente, personales, singulares pero ambos se parecen en que los conflictos entre países si no los hacen en el nombre de Dios por lo menos bendicen (¿?) las armas y el de las personas sino empiezan diciendo…”que me perdone Dios pero fulano es (y aquí le avientas toda la basura con ventilador) o en su defecto, para adormecer tu conciencia, después de “bombardearlo” dirás: Ay que me perdone Dios. Pero en todos los casos está Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios.


Dentro de tres días es primero de enero…¡día de la paz! Y yo no sé por qué es día de la paz…¿se celebra la paz en el mundo?, ¿se pide que haya paz en el mundo?, ¿es sólo un día de tregua?, o quizás, más que seguro, -si fuese un exámen de universidad- la respuesta sería la letra D: ninguna de las anteriores.

Lo cierto es que vivimos matándonos porque…NO, NO, NO, mejor yo no te lo digo, que te lo diga el mismo Jesucristo:
…”¿De dónde vienen esas guerras, de dónde esos conflictos entre ustedes?, ¿Quién hace la guerra sino los malos deseos que tienen dentro?. Cuando se les niega lo que codician, ustedes matan. Cuando no consiguen lo que codician ustedes discuten y pelean”...
(Santiago 4, 1-2)

Señores, señoras, señoritas y jóvenes, entre toreros no nos vamos a clavar las banderillas, seamos más sinceros con nosotros mismos y hagámonos el favor de reconocer que somos una raza de víboras, unos sepulcros blanqueados que nos marqueteámos de la mejor manera posible y si para eso es necesario meter a Dios, lo metemos con toda la tranquilidad del mundo.
Entonces pues, si vamos a vivir maqueteándonos a costa de Dios, dediquémonos a hacer Marketing Cristiano donde nos engañamos, pero al menos… no nos dañamos y hagamos publicidad –digo yo- más o menos así:


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